Actileza

Soy Alfonso Jiménez Ríos, ingeniero agrícola y emprendedor. Vengo de un camino diverso y poco común que me ha llevado paso a paso, a construir mi proyecto actual y a trabajar cada día con una idea clara: mejorar, aprender y avanzar con propósito.

Mi infancia fue sencilla, rodeada de familia y amigos que aún forman parte de mi vida, pero también marcada por momentos que me enseñaron, mucho antes de lo esperado, a sostenerme, a comprenderme y a buscar sentido incluso en lo que parecía no tenerlo
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No fui el típico estudiante brillante ni tuve un rumbo marcado desde joven. De hecho, mi etapa escolar estuvo llena de etiquetas y de la sensación de no encajar en un sistema que mide a todos por el mismo patrón. Crecí como lo que muchos llamarían un “estudiante mediocre”.

Pasé por un colegio donde las etiquetas pesaban más que las capacidades, y por un instituto en el que sobraba libertad y faltaba propósito. Pero entendí algo con el tiempo: no es el sistema lo que te define, sino cómo decides interpretarlo. Un docente puede no saber ver tu potencial, pero la vida siempre acaba mostrándotelo de formas misteriosas.

Serví en el ejercito muy joven como soldado profesional ganando mi primer sueldo, trabajé para el sector privado mientras opositaba, fui Bombero en Cádiz para después estudiar una ingeniería y posteriormente trabajar en el sector privado, finalmente encontre mi lugar emprendiendo. Cada etapa me enseñó que podemos mucho más de lo que creemos y que, cuando paramos y escuchamos lo que el universo nos susurra, la dirección aparece.

Siempre he contado con apoyo a mi alrededor y me siento profundamente agradecido por ello. Pero también descubrí que la ayuda no sustituye al esfuerzo personal; solo lo potencia. Al final, nadie puede recorrer tu camino por ti. El mérito de avanzar, caer, levantarse y persistir siempre recae sobre uno mismo.

De todo ese camino nace Actileza: una forma de mirar la vida con actitud, fortaleza y esa belleza interior que todos llevamos, aunque a veces no sepamos verla.

Mi trayectoria confirma algo en lo que creo profundamente:
las circunstancias no nos definen; nos definimos nosotros con nuestras decisiones.
No siempre podemos cambiar lo que ocurre, pero siempre podemos cambiarnos a nosotros mismos. Ese principio ha guiado cada uno de mis pasos.

De esa filosofía nace Actileza: una visión basada en la responsabilidad personal, la fortaleza interior y la actitud con la que enfrentamos cada reto. No es teoría; es el resultado de una vida construida paso a paso, giro a giro, elección tras elección.

Hoy sigo avanzando, aprendiendo y afinando mi propósito. Sé que el camino no termina aquí. La vida cambia, y yo cambio con ella, siempre con la misma convicción: hacer de cada etapa una oportunidad para crecer y convertirme en la mejor versión de mí mismo.
Porque la vida nunca te deja de hablar…
y yo he aprendido a no dejar de escucharla.